Dar una buena alimentación a tu perro o gato significa darle también una mejor calidad de vida, prevenir enfermedadesy hacer que crezcan fuertes y sanos.Para ello, debemos tener presente que cada animal necesita una alimentación específica. Hoy queremos dedicar nuestro blog a todos esos animales con atopias que no se resuelven, y que pueden tener su origen en una hipersensibilidad alimentaria.
¿Qué es la hipersensibilidad alimentaria? Podemos describirla como una serie de reacciones adversas de naturaleza inmunomediada que se producen en el animal al ingerir un determinado tipo de alimento. O más concretamente, algún tipo de proteína del alimento.
Ante un cuandro de alergia, siempre debemos diferenciar, a grosso modo, entre dos grandes grupos: alergias alimentarias, es decir, relacionadas con la dieta del animal, o alergias ambientales, relacionadas con alergenos presentes en el entorno del animal. Hoy nos centraremos en el primer grupo.
¿Qué solemos ver? Los signos clínicos en perros son variados, pero en todos ellos suele aparecer prurito no estacional, es decir, que el problema está presente durante todo el año. El perro se rasca independientemente del mometo del año en el que nos encontremos. Bien es verdad, que los síntomas suelen agrabarse en verano, cuando hay más calor y humedad, tal y como hemos comentado en otros apartados del blog.
Las zonas del cuerpo más afectadas suelen ser axilas, ingles, zona interdigital y oídos.
Es muy frecuente encontrarnos con otitis recidivantes y crónicas, dermatitis bacterianas y fúngicas secundarias, pododermatitis, seborrea y piodermas. Además de lesiones infligidas por el propio animal debido al rascado o al lamido excesivo.
Es muy característico ver que el perro se sacude y rasca las orejas, se lame las patas, está incómodo, o muchas veces se frota todo el cuerpo con las paredes, muebles o el suelo, debido a que tiene un prurito (picor) generalizado.
En el caso de los gatos, se puede observar alopecia simétrica, dermatitis miliar en la zona dorsal, y suele estar más afectada la zona facial, pudiendo haber verdaderas heridas debido al rascado insistente.
¿Cómo se diagnostica? He aquí el kid de la cuestión. Existen numerosas pruebas serológicas (como los test de IgE específicos) que buscan la confirmación de estas alergias de tipo alimentario. El problema es que muchos de estos test de alergia pueden darnos ‘falsos negativos’, y hacernos pensar que el perro o gato no tiene hipersensibilidad alimentaria, cuando en realidad sí que la tiene; o bien darnos ‘falsos positivos’, y hacernos pensar que un perro es alérgico cuando realmente no lo es. Por lo que, desde mi punto de vista, los test de alergia alimentaria pueden ayudarnos, pero no podemos concluir el diagnóstico solamente llevando a cabo estos test, ya que pueden inducir a error.
El punto clave del diagnóstico continúa siendo el ‘ensayo de alimentos compatibles’ (Edmund J.Rosser JR.). O dicho de otra manera, para saber si un animal tiene hipersensibilidad alimentaria, y a qué alimento puede ser, es necesario llevar a cabo una dieta de eliminación.
¿En qué consiste esta dieta y cómo debo realizarla? Consiste en retirar de la alimentación determinados productos que pueden provocar estas reacciones hipersensibles y sustituirlos por otros que normalmente no las producen. Parece bastante evidente que los alimentos más comunes son los que tienen más números de provocar alergias porque son aquellos con los que el animal ha tenido un mayor contacto.
Así, para dietas caninas, se puede emplear como fuente de proteína: cordero, venado, alce, conejo, pato, ganso, cabra, avestruz, emú, judías pintas, entre otros.
Y como fuente de carbohidratos: patata, boniato, coles, avena y cebada por ejemplo.
No obstante, actualmente existen en el mercado dietas especialmente formuladas para estos casos, a base de proteínas hidrolizadas (de tamaño tan pequeño que resultan casi indetectables para el organismo y por lo tanto no producen alergias). Estas dietas son más cómodas para el propietario y si nos aseguramos de que el animal sólo come esta dieta, el hecho de que desaparezca el problema dermatológico nos confirmará el diagnóstico de hipersensibilidad alimentaria.
Pero, para que la dieta de eliminación funcione es muy importante hacerlo correctamente. Esto implica, llevar a cabo la dieta mínimo durante 8 semanas (en ocasiones incluso puede necesitarse más tiempo), y no darle al animal ningún otro alimento fuera de la dieta pautada. De lo contrario, estaremos falseando el resultado y si el animal recae no sabremos realmente si es porque hay un problema con la dieta o porque le hemos dado algo que no debíamos.
Una vez confirmada la hipersensibilidad alimentaria, ¿cómo la tratamos? Pues bien, el tratamiento consistiría en continuar con una dieta hipoalergénica, o bien, mantener la dieta a base de las nuevas proteías y carbohidratos que sabemos que no producen una reacció adversa en nuestro animal.
También se puede emplear el uso de córticos, que alivian el prurito y disminuyen la inflamación, sobre todo en las fases inciales. Asímismo, puede ser necesario el empleo de antibióticos o antifúngicos y champús o espumas, dependiendo del grado y tipo de afección de la piel. En cualquier caso, esto queda a criterio del veterinario.
Nuestro pequeño consejo: Dale a tu mascota un suplemento a base de ácidos grasos esenciales para mejorar la calidad de la piel y el pelo y ayudar a una regenración más rápida.
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