¡Cuántas veces habremos escuchado los veterinarios eso de: “mi perro tiene muy mal aliento”! Es verdad que la boca de un perro o de un gato no es precisamente el paraíso de la limpieza: cogen cosas del suelo, comen tierra, hierbas, se chupan el pelo, las patas, etc, por no mencionar que son incapaces de limpiarse los dientes. Por eso, hoy queremos echar un poco de luz sobre cómo mantener una buena higiene bucal en tu mascota.
Os sorprendería saber la cantidad de veces que el motivo de la consulta es el olor que desprende la mascota, y que, en un porcentaje nada despreciable, se debe al mal aliento provocado por el sarro y las enfermedades periodontales.
¿Cómo puedo saber si mi mascota tiene una enfermedad periodontal? Además del mal aliento que suele venir asociado a este problema, puedes comprobar si existen indicios de enfermedad con tan solo echar un vistazo a la boca del animal.
Lo que solemos ver: sarro, a veces, incluso pelo y restos de materia orgánica o alimento entre los dientes, enrojecimiento de las encías (gingivitis), en ocasiones salivación y dificultad para comer o masticar el alimento.
En casos graves podemos llegar a encontrar piezas dentales que se mueven, secreciones purulentas, heridas o llagas.
Lo que no vemos: la infección de las raíces dentales (que pueden incluso llegar a provocar fístulas en el plano nasal o abscesos), el dolor que padece el animal (que en ocasiones le puede impedir alimentarse correctamente) y las infecciones secundarias y sistémicas derivadas de una infección grabe a nivel de la boca, tales como las endocarditis bacterianas, infecciones a nivel de las válvulas del corazón.
¿Qué puedo hacer si mi perro o gato se encuentra en esta situación? Lo primero de todo, y como siempre, ante la sospecha de una enfermedad periodontal, te recomiendo que acudas a tu veterinario de confianza para que examine la cavidad oral de tu mascota y pueda realizar un diagnóstico de su problema y establecer un tratamiento adecuado.
En la mayoría de los casos, este tratamiento consistirá en una limpieza bucal con ultrasonidos, que puede ir acompañada de antibioterapia y antinflamatorios. En ocasiones puede que tu veterinario te recomiende unos días de antibiótico antes de llevar a cabo la limpieza bucal, para así disminuir la carga bacteriana de la zona.
La limpieza bucal implica la anestesia de tu mascota, por lo que, aunque se trata de una intervención menor y muy sencilla, es muy importante llevar a cabo primero una completa revisión del animal, en especial, y debido a las complicaciones secundarias antes mencionadas, se recomienda realizar una buena auscultación cardiopulmonar.
¿Qué hago para prevenir problemas y mantener sana la boca de mi animal? Una vez realizada la limpieza bucal y finalizado el tratamiento recomendado por tu veterinario, es muy importante tratar de mantener sana la boca de tu animal el máximo tiempo posible. Ya que de lo contrario, se volverá a repetir el problema antes o después.
De la misma manera, existen muchos métodos preventivos para animales sanos. Ya que todos son susceptibles de padecer este tipo de patologías.
Bien es verdad que existe una predisposición racial (por ejemplo yorkshires, chihuahuas, y otros perros de raza mini son especialmente sensibles de padecer estas patologías), así como una predisposición genética.
Los hábitos alimenticios también influyen de manera considerable, siendo mucho más frecuente la aparición de sarro en perros y gatos alimentados con dieta blanda o casera en lugar de pienso.
Dicho esto, existe una amplia gama de productos veterinarios dedicados a la higiene dental de tu mascota, que favorecen el buen aliento y retrasan la aparición de sarro; como polvos y líquidos para poner en el agua o la comida, “premios” para limpiar los dientes, e incluso cepillos de dientes. ¿Por qué no? Si tienes una mascota dócil puedes probar a cepillarle los dientes al igual que lo hacemos nosotros, para tratar de eliminar al máximo los restos de comida que hayan podido quedar entre los dientes. Existen incluso “cremas dentales” con sabor a carne que estoy segura de que le encantará probar a tu compañero peludo.
La propia alimentación, como hemos mencionado, puede favorecer o retrasar la aparición de sarro, gingivitis y otros probemas dentales. Infórmate en tu veterinario de confianza sobre la mejor manera de cuidar la salud dental de tu perro o gato.
Y no olvides descartar problemas sistémicos que pueden ser causa o consecuencia de una infección a nivel oral. Por ejemplo, en gatos, descarta posibles causas víricas. (Puedes ver más en nuestro capítulo dedicado a la calicivirosis felina).
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