Todos los propietarios de gatos sabemos que en uno u otro momento tendremos que hacer frente a algún vómito de nuestro felino, muchas veces causados por las famosas bolas de pelo, producidas por el acicalamiento continuo en estos animales. Pero ni todos los vómitos son vómitos, ni siempre se producen por esta causa tan popular. Por eso queremos dedicar un capítulo de nuestro blog a orientarte un poco sobre este tema, más importante y complicado de lo que parece.
Lo primero de todo, debemos diferenciar entre vómito y regurgitación, ya que las causas que provocan uno y otro son diferentes.
¿El gato vomita o regurgita?, ¿cómo lo diferencio? Empezaremos por definir cada uno de ellos para poder explicar mejor la diferencia.
El vómito consiste en una salida violenta del contenido del estómago a través del esófago y finalmente la boca del animal. Por este motivo, se acompaña normalmente de movimientos abdominales. También suele ir precedido de nauseas y salivación.
La regurgitación, en cambio, puede definirse como un reflujo de la comida desde el esófago o la faringe y a través de la boca. Es decir, la comida no ha llegado al estómago. Por este motivo no suele ir acompañado de movimientos abdominales ni ser tan “violento” como en el caso anterior y nunca veremos comida digerida.
Si no estás seguro de si se trata de un vómito o una regurgitación, te aconsejo que lo acerques al veterinario para que pueda comprobarlo directamente, o, lo que quizás te es más sencillo, pruebes de grabarlo mientras come y después de la comida, hasta que se produzca dicho acontecimiento.
En cualquier caso, debemos olvidar que siempre que un gato vomita está asociado a bolas de pelo, y también saber que aquello que pensamos que es un vómito, puede ser en realidad una regurgitación. Otro aspecto que os puede dar alguna pista para diferenciar un vómito de una regurgitación es el momento en el que se produce: Por lo general, si se trata de una regurgitación, suele suceder en un espacio corto de tiempo tras haber ingerido el alimento. Aunque este tiempo puede ir desde unos minutos hasta varias horas (dependiendo de la patología asociada y el grado de la misma).
Los vómitos también pueden producirse en un periodo corto de tiempo (sobretodo en casos de gastritis agudas), o transcurridas varias horas tras la ingesta, pero lo que sí es seguro es que si han pasado muchas horas desde la ingesta de la comida, o se produce sin que el animal haya ingerido ningún alimento, es que se trata de un vómito.
Tan importante como diferenciar entre vómito o regurgitación, lo es el saber si el proceso viene acompañado de algún otro síntoma, como diarreas, fiebre, disfagia (dificultad para tragar el alimento), dolor abdominal… Existen una gran cantidad de causas por las que el gato puede vomitar y/o regurgitar, por lo que toda la información que podamos tener nos será de gran utilidad para poder llegar finalmente a un diagnóstico, y con ello a un tratamiento adecuado.
¿Por qué vomita mi gato? El vómito es un signo bastante inespecífico, ya que puede producirse por muchas razones diferentes, desde las ya mencionadas y popularmente conocidas “bolas de pelo” hasta infecciones víricas o bacterianas, gastritis, obstrucciones por cuerpos extraños, falta de motilidad intestinal, pancreatitis, hepatitis… Es muy importante siempre recopilar la máxima información posible a la hora de acudir al veterinario.
Junto con la anamnesis (todas aquellas preguntas que siempre hacemos los veterinarios para obtener información), se llevará a cabo una exploración completa y metódica del animal, así como las pruebas complementarias oportunas que puedan ayudar al diagnóstico (ecografía, radiografía, análisis sanguíneo, análisis de heces, etc).
¿Por qué regurgita mi gato? En este caso, el proceso suele estar asociada a patologías que obstruyen la luz del estómago o el esófago(como presencia de masas o parásitos, estenosis, traumatismos, causas genéticas…) o a un incorrecto tránsito del bolo alimenticio a través del esófago (como en problemas neurológicos y megaesófago entre otros ).
Igual que en el caso anterior, el veterinario clínico llevará a cabo las pruebas necesarias para averiguar la causa del problema. Suele ser muy útil la radiografía de contraste.
La raza, sexo y edad del animal pueden influir en ambas patologías. Existen por ejemplo causas genéticas, como la persistencia del cuarto arco aórtico, que suelen cursar con el desarrollo de un megaesofago craneal. Al tratarse de un problema de orígen genético, lo veremos en gatitos de corta edad.
¿Cómo puedo solucionar el problema? Una vez que tu veterinario haya averiguado la causa que provoca que tu gato vomite/regurgite, te instaurará el tratamiento más conveniente según cada caso, que puede consistir en antiácidos o protectores del estómago, antibióticos, antiheméticos o procinéticos, entre otros. En algunas ocasiones puede ser necesaria una intervención quirúrgica.
En todos los casos, será de vital importancia suministrar al animal una dieta adecuada como parte del tratamiento.
La alimentación es fundamental en cualquier alteración digestiva, ya que se debe favorecer siempre una correcta digestión y absorción del alimento . Asímismo, en los casos de regurgitación (a no ser que se trate de una causa grave o que requiera una intervención quirúrgica), una dieta adecuada puede ayudar al correcto tránsito del alimento hasta el estómago. Actualmente existe una amplia gama de fórmulas dietéticas para las diferentes patologías de nuestras mascotas.
Marcas como Royal Canin, por ejemplo, presentan ua variedad exquisita de productos que pueden formar parte del tratamiento de todas estas alteraciones o complementarlo.
En los casos de regurgitación, resulta muy útil alimentar al gato con la cabeza herguida hacia arriba, de manera que el cuello quede bien estirado, para favorecer el tránsito del alimento hacia el estómago.
Nuestro pequeño consejo: Siempre que tu gato vomite/regurgite, retirale la comida y el agua durante al menos unas horas, ya que si el animal continua con la ingesta de alimento, el cuadro puede agrabarse. Y acude a tu veterinario lo antes posible.
No olvides también suministrar malta a tu gato, en especial si se trata de una raza de pelo largo, para evitar la formación de bolas de pelo y favorecer el tránsito digestivo.
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