Si tienes un cachorrito en casa y es hembra, lo más seguro es que una de tus preocupaciones sea cúando le vendrá el celo y cuáles serán sus síntomas. Hoy dedicamos el capítulo de nuestro blog a estas pequeñas dudas sobre el “celo” en las perras.
Lo primero que tenemos que saber es que los perros tienen entre uno y dos celos al año. De media, se calcula que entran en celo cada 6 meses aproximadamente, aunque puede variar dependiendo de la raza y tamaño del perro (además de existir variaciones individuales, debidas a la propia perra en cuestión). Normalmente el primer celo les viene entorno a los 6 meses de edad, alcanzando así la madurez sexual. Si tenemos un perro de raza más grande, es posible que su primer celo llegue de forma más tardía, entorno a los 10 u 11 meses.
También hay que tener en cuenta que otras razas, sobretodo de tamaño mini, pueden tener celos casi inperceptibles y con apenas sangrado, por lo que podemos pasar por alto el hecho de que esté en ese momento del ciclo.
¿Qué ocurre a nivel hormonal cuando la perra entra en celo?
A muy grandes rasgos, y sin profundizar en temas complejos ni nombres de hormonas, podemos diferenciar dos etapas del celo: el proestro y el estro. Durante el proestro (palabra que significa: “antes del estro”), se empiezan a desarrollar los folículos ováricos (que son los que darán lugar a los óvulos), aumentando la concentración de algunas hormonas. Esta fase puede durar varias semanas. El estro es la etapa en la que se produce la ovulación y por lo tanto el momento a partir del cual la hembra puede ser fecundada. Suele producirse hacia el final del celo. Por lo tanto, aunque el celo de una perra pueda durar entre 2 y 3 semanas de media, esta puede quedarse embarazada hacia el final del celo, tras producirse la ovulación. Aunque si no queremos que nuestra hembrita se quede gestante, lo mejor es tener precauciones durante todo el celo.
¿Qué síntomas puedo ver?
Lo que se aprecia más fácilmente es un aumento en el tamaño de la vulva, que suele venir acompañado de sangrado (la cantidad de sangrado puede variar mucho de unas hembras a otras). También suelen aumentar de tamaño las mamas y aparecer cambios comportamentales. Algunas hembras comen menos y están más cariñosas de lo normal (otras más ariscas). En ocasiones, incluso, pueden presentar naúseas. Por lo general se encuentran más nerviosas.
Otro cambio que solemos apreciar los propietarios de hembras, es que los machos las buscan y huelen con mayor ansiedad. Dependiendo del momento del celo (y carácter de la hembra), podemos encontrarnos con que ella se muestre receptiva o especialmente arisca hacia otros perros.
Una vez finalizado el celo, y si no hay una gestación, la hembra debería volver a su estado habitual. En ocasiones, a los dos meses del celo, algunas hembras desarrollan una pseudogestación o embarazo psicológico, con nuevos cambios comportamentales y lactorrea (secreción de leche en las mamas). Al no tener crías que alimentar, esa leche puede quedar retenida en las mamas provocando mastitis (inflamación e infección de las glándulas mamarias), por lo que es muy importante acudir al veterinario si esto ocurre para darle algún tratamiento para “cortar la leche”.
Otro problema que solemos ver con bastante frecuencia tras el celo es la infección de matriz o piometra, que consiste en la acumulación de bacterias y pus en el interior del útero. Se trata de una patología muy grabe que puede suponer la sepsis y muerte del animal si no se interviene a tiempo. Esta infección se produce a grandes rasgos, por la bajada de denfensas de la perra durante el celo y la mayor apertura del cérvix (cuello del útero), que favorece la entrada de bacterias en el mismo.
La aparición de tumores de mama en la perra también está directamente relacionada con la presencia de estrógenos (hormonas generadas por los ovarios) en sangre, por lo que, aunque no sea de manera inmediata, a largo plazo, el hecho de que la hembra entre en celo puede favorecer la aparición de estos tumores.
Por estas y otras razones, te recomendamos que esterilices a tu perrita si no tienes pensado hacerla criar, ya que existen muchos beneficios asociados a la castración. Podeís buscar más información en otros capítulos de nuestro blog. También quedamos a vuestra disposición para cualquier consulta.
Pingback: ¿Qué es el síndrome del braquicéfalo? | ¡El blog del Centro Veterinario T-Vets!
Pingback: Consejos para la socialización de tu perro: ¡Toma nota! | ¡El blog del Centro Veterinario T-Vets!