La parvovirosis en perros

Recientemente hacíamos referencia al moquillo canino como una de las enfermedades que más suele preocupar a los propietarios de cachorritos. La otra enfermedad por excelencia es la parvovirosis (la famosa ‘Parvo’ de los cachorros), a la que dedicamos el capítulo de hoy.

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¿Qué es la famosa Parvo? La parvovirosis es una enfermedad causada por un virus llamado parvovirus canino, que se reproduce muy rápidamente y es altamente resistente a las condiciones ambientales. Por lo general, los perritos se infectan por la exposición oronasal (nariz y boca) a la materia fecal contaminada. Aunque los objetos, cunas,mantas y nosotros mismos también podemos actuar como vectores de transmisión, ya que, como se ha mencionado, el virus es altamente resistente y se mantiene durante largos periodos de tiempo en el ambiente.

Una vez que el virus entra en el organismo del animal, se reproduce rápidamente en el tejido linfático de la orofaringe, los ganglios mesentéricos y el timo y se disemina por el intestino (concretamente por las criptas intestinales). Tras la fase de viremia, suele permanecer en el epitelio intestinal, ganglios linfáticos y puede llegar a médula ósea. De manera que, como vemos, se trata de una infección sistémica.

Al igual que sucede con el virus del moquillo canino, la parvovirosis suele afectar más a perros jóvenes, en los primeros meses de vida, debido a que su sistema inmune es más débil. Tenemos que tener especial cuidado si se trata de perros que no están aún correctamente vacunados y que ya no se encuentran bajo la inmunidad maternal.

En el caso de los adultos, también se pueden ver afectados pero, por lo general, la infección y sintomatología no son tan grabes.

¿Qué síntomas provoca? Lo que nos encontramos, principalmente, es una enteritis (inflamación del intestino delgado) muy fuerte que cursa con diarreas líquidas y malolientes, en la mayoría de los casos sanguinolentas. En un alto porcentaje de los casos, estas diarreas suelen ir acompañadas de vómitos (es decir, que tenemos una gastroenteritis). El cachorro se encuentra apático e inapetente, y por lo general suele también presentar fiebre. (Os recordamos que la temperatura normal de los perros está entorno a los 38,5ºC y que puede ser normal encontrarnos temperaturas de hasta 39ºC o 39,5ºC). También podemos encontrarnos con el efecto contrario, y que en lugar de hipertermia, el animal presente hipotermia (temperatura más baja de lo normal). Esto suecede como consecuencia de un fallo en la regulación de la temperatura o bien debido a la pérdida de líquidos, con la consiguiente deshidratación y bajada de tesión.

Cuando nos llega algún perrito con parvovirosis, uno de nuestros principales objetivos dentro del tratamiento es rehidratarlo e intentar mantenerlo estable, ya que la pérdida de líquidos en estos casos es muy grande y podemos correr el riesgo de que el animal tenga una deshidratación severa, con grabes consecuencias a nivel sistémico (fallo renal, fallo cardiaco…). Por otro lado, es de vital importancia conseguir que el animal empiece a comer algo en cuanto no vomite, ya que de esta manera favoreceremos la renovación del epitelio intestinal, además de conseguir que el animal tenga el aporte energético necesario para poder convatir la enfermedad y evitar peligrosas hipoglucemias (bajadas de azúcar).

Los principales problemas con los que nos encontramos en estos cachorritos afectados son la deshidratación y la inanición. Si el animal no come nada y va perdiendo líquidos, el desenlace es fatal.

¿Cómo es de grabe la enfermedad? Por todo lo explicado en el apartado anterior, podemos deducir que se trata de una enfermedad muy grabe, que en cachorritos con pocas defensas puede desencadenar en la muerte (y por desgracia presenta un elevado índice de mortalidad). Algunos pueden llegar a morir incluso en las primeras 48 horas postinfección.

No obstante, y afortunadamente, no todos tienen que correr la misma suerte ni estar igual de infectados, por lo que si teneis la mala suerte de tener un cachorrito con esta enfermedad, no os rindais y ponerlo en manos de un especialista que pueda darle el tratamiento adecuado.

Eso sí, por mucha pena que nos de, deberá quedarse ingresado a fin de tenerlo controlado en todo momento.

El tratamiento consistirá básisamente en rehidratar y estabilizar al paciente, y darle un tratamiento sintomático de soporte hasta que elimine el virus del organismo. Siempre suele ser necesario instaurar también una terapia antibiótica para tratar o  prevenir las infecciones bacterianas secundarias derivadas de la infección viríca, y que en el peor de los casos pueden cursas con septicemias.

No todos los perros que presenten diarreas tienen que estar infectados por este virus, así que, si tu cachorrito hace cacas blandas o líquidas, llévalo enseguida al veterinario para que pueda diagnosticar adecuadamente de qué se trata y descartar una posible parvovirosis. Pero que no cunda el pánico pensando que todas las diarreas son sinónimo de “Parvo”. Puede tratarse de parásitos, una infección bacteriana, o incluso una simple diarrea debida al cambio de dieta, así que no nos pongamos siempre en lo peor, pero, eso sí, acudid siempre a un especialista.

Una vez más, hago hincapíe en la importancia de una adecuada pauta de vacunación, a la edad que toca y sin escatimar en vacunas, ya que, la mayoría de casos que nos llegan son perros mal vacuados o aún sin vacunar.

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