En el ámbito veterinario es muy frecuente hablar de FLUTD en el gato. El FLUTD (Feline Lower Urinary Tract Disease) es el término para definir las enfermedades de las vías urinarias bajas del gato, y engloba una amplia variedad de signos de las vías urinarias bajas que pueden ser producidos por muy distintas causas. Hoy nos centramos en la urolitiasis (formación de cálculos en las vías urinarias), por ser una de las afecciones más comunes y que supone un alto porcentaje de las visitas al veterinario.
La urolitiasis consiste de la formación de cristales y/o cálculos en la vejida de la orina, provocando en los casos más leves cistitis leves y molestias a la hora de la micción, y en casos grabes pudiendo llegar a obstruir la uretra impidiendo la micción, con el consiguiente acúmulo de orina; pudiendo llegar a situaciones muy grabes, de intoxicación y fallo renal.
¿Qué sintomas provoca? Lo que solemos ver es que el animal presenta polaquiuria (va con mucha frecuencia a la bandeja de arena ;más de la habitual), se lame constantemente la zona perianal, está incómodo (en ocasiones incluso con dolor abdominal) e intranquilo. Algunos gatos empiezan a orinar fuera de los lugares habituales (suelen hacerlo con mucha frecuencia en el lavavo o la bañera, buscando la ceramica fria, aunque aún no se ha descrito bien por qué lo hacen).
Los pipís suelen ser muy pequeños y concentrados, y pueden presentar sangre perceptible por el propietario. Hay que tener cuidado de no confundir la dificultad para la micción con la dificultad para defecar. En ocasiones el animal presenta disuria y se pone en posición para orinar pero le cuesta mucho hacerlo o incluso, no puede si está obstruido y adopta posturas similares a las de defecar, por lo que el propietario puede confundirse fácilmente.
Algunos animales dejan también de comer y pueden presentar vómitos, especialmente si están obstruidos y hay afección renal. Suele ser entonces cuando llegan a nuestras manos.
Lamentablemente, casi siempre que nos llega un animal a consulta con un problema de este tipo, lo hace cuando los síntomas son ya muy evidentes, y a veces requiere del ingreso del animal para un tratamiento efectivo.
En gatos obstruidos podemos encontrarnos con cuadros grabes con complicaciones renales debido al reflujo de orina hacia los riñones.
Existen factores que pueden predisponer a tu animal a padecer urolitiasis y obstrucción de las vías urinarias, como por ejemplo factores genéticos, alimentarios, de raza y sexo. La obstrucción de vías bajas es más frecuente en gatos machos debido a que la uretra es más estrecha y larga que en el caso de las hembras (donde es ancha y corta) y por ello presentan mayor facilidad para que los cálculos queden allí retenidos, taponando la salida de la orina.
¿Cómo puedo comprobar si mi gato tiene cristales?
Ante la sospecha de que tu animal padezca un episodio de FLUTD, debes acudir enseguida a tu veterinario para que realice las pruebas oportunas para emitir un diagnóstico adecuado (Recuerda que, aunque el capítulo lo dedicamos a la urolitiasis, existen numerosas causas que pueden provocar signos similares).
Entre las pruebas a realizar y para saber si tu gato tiene cristales, el veterinario llevará a cabo una analítica y examen de la orina. Una manera sencilla de determinar cristaluria es centrifugar un poco de orina y recoger el sedimento para mirarlo al microscopio. Los diferentes cristales, si los hubiera, pueden diferenciarse fácilmente a pocos aumentos.
Siempre es conveniente realizar varias pruebas, ya que en ocasiones pueden no aparecer cristales en el sedimento pero sí aparecer cálculos en la vejiga.
Una manera de ver estos cálculos sería mediante una ecografía. (La radiografía puede ser útil, pero hay que tener en cuenta que no todos los cálculos son radiodensos, por lo que no siempre se detectan en radiografía, a no ser que empleemos algún método de contraste).
Existen distintos tipos de cristales: de estruvita, oxalato, urato amónico, fosfato cálcico, y cistina; aunque los más frecuentes en el gato son los de estruvita, que aparecen en orinas alcalinas (de pH superior a 6,5) y los de oxalato, que suelen aparecer en pH ácido, aunque se han visto también en otros rangos de pH.
Además de las cistitis e infecciones secundarias asociadas a estos cristales, existe la posibilidad, por desgracia bastante frecuente de que los cristales se acumulen formando cálculos que pueden obstruir la uretra del animal impidiendole la micción.
Una forma de saber si tu gato está obstruido, además de la sospecha de que no está orinando, es palparle la tripa en busca de la vejida hinchada. En caso de que esté obstruido, además de presentar dolor, palparemos claramente una especie de “globo” duro e hinchado como si uera a estallar. Es la vejiga de tu gato repleta de orina.
Mi gato tiene cristales en la orina, ¿cómo puedo actuar? Si el gato presenta disuria o anuria (no orina), debes llevarlo inmediatamente al veterinario para que lo desobstruyan, ya que de lo contrario se producirá un reflujo de orina hacia los riñones que puede ser fatal para el animal.
Por lo general, lo que se hace es sondar al gato y estabilizarlo con fluidos en caso de que sea necesario. Es posible que el gato tenga llevar la sonda varios días, por eso, por lo general, suelen quedarse ingresados durante ese tiempo.
El tratamiento suele ir acompañado también de antibióticos y antinflamatorios. A partir de este momento, tu gato necesitará una alimentación especial para disolver esos cristales o prevenir la aparición de cristales nuevos. Si se trata de cristales de oxalato, tengo que decirte que, por desgracia, no hay manera efectiva de disolverlos, pero si que existe una gama de productos especial para prevenir su aparición.
Existen también desde hace unos años, reparadores de la pared de la vejiga a base de glucosaminoglicanos, que pueden ayudar a repararla o a mantenerla. Se trata más bien de un complemento nutricional, más que de un medicamento, y pueden ser muy útiles junto con la medicación necesaria en cada caso.
En caso de que se hayan formado cálculos y no puedan disolverse ni ser expulsados sin riesgo de obstrucción, puede ser necesaria la intervención quirúrgica para su extracción mediante una cistotomía. Y en aquellos casos recidivantes (en los que el problema se repita una y otra vez) puede ser necesario realizar otra técnica quirúrgica un poco más radical: una uretrostomía, mediante la cual se busca ensanchar la uretra del animal para que pueda eliminar los urolitos de manera más sencilla y evitar o disminuir el riesgo de obstrucción.
¿El tratamiento es para siempre? Efectivmente, hay una parte del tratamiento que es crónico, y esa parte es la alimentación. Los tratamientos antibióticos y antinflamatorios suelen ser temporales, pero es fundamental que no vuelvas a cambiar la dieta de tu gato una vez que se haya diagnosticado que tiene cristales. A partir de ese momento, deberás administrarle, de por vida, un alimento especialmente formulado para la disolución y prevención de cistrales de orina.
Actualmente existe una gran variedad de piensos ya destinados a la prevención de estos cristales. La casa Royal Canin, por ejemplo, incorpora el sistema S/O a practicamente todos sus alimentos de felino.
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